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Los primeros grandes éxitos del Perseverance Rover de la NASA en Marte

Un delta en el cráter Jezero, que se ve en esta imagen de satélite, es donde Perseverance recolectará la mayoría de sus muestras. Crédito: ESA/FU-Berlin

Acercándonos al delta del Jezero

La NASA seleccionó el cráter Jezero como el sitio de aterrizaje de Perseverance específicamente porque le da al Rover acceso a una gran pila de rocas que se encuentra al final de un valle de río seco.

Según imágenes de satélite, los científicos creen que estas rocas están formadas por sedimentos depositados por un antiguo río que desembocó en un lago hace aproximadamente 3.500 millones de años.

De ser cierto, esta ubicación podría haber sido un excelente entorno de por vida.

Sin embargo, la resolución de los datos satelitales no es lo suficientemente alta como para decir con certeza si los sedimentos se depositaron lentamente en un lago de larga vida o si la estructura se formó en condiciones más secas.

La única forma de saberlo con certeza era tomar imágenes de la superficie de Marte.

Perseverance aterrizó a más de una milla (aproximadamente 2 kilómetros) de los acantilados en el frente del delta.

Ambos formamos parte del equipo encargado del instrumento Mastcam-Z, un conjunto de cámaras con lentes zoom que nos permitirían ver un clip desde el lado opuesto.

Durante las primeras semanas de la misión, usamos Mastcam– Z para inspeccionar las rocas distantes.

De esas vistas panorámicas, seleccionamos lugares específicos para verlos con más detalle con la SuperCam del Rover, una cámara telescópica.

Cuando las imágenes llegaron a la Tierra, vimos capas inclinadas de sedimentos en las partes inferiores de los acantilados de 80 metros de altura.

Hacia la cima vimos rocas, algunas tan grandes como 5 pies (1,5 metros) de ancho.

A partir de la estructura de estas formaciones, nuestro equipo ha podido reconstruir una historia geológica de miles de millones de años, que publicamos en la revista Science el 7 de octubre de 2021.

Durante mucho tiempo, potencialmente millones de años, un río fluyó hacia un lago que llenó el cráter Jezero.

Este río depositó lentamente las capas inclinadas de sedimento que vemos en los acantilados del delta.

Más tarde, el río se secó en su mayor parte, excepto por algunas grandes inundaciones.

Estos eventos tuvieron suficiente energía para llevar grandes rocas por el cauce del río y depositarlas sobre el sedimento más antiguo; estos son los cantos rodados que vemos ahora en lo alto de los acantilados.

Desde entonces, el clima ha sido árido y los vientos han ido erosionando lentamente la roca.

Confirmar que había un lago en el cráter Jezero es el primer resultado científico importante de la misión.

El próximo año, Perseverance conducirá hasta la cima del delta, estudiando las capas de roca con detalle microscópico a lo largo del camino y recolectando muchas muestras.

Cuando esas muestras finalmente lleguen a la Tierra, sabremos si contienen signos de vida microbiana que alguna vez pudieron haber prosperado en este antiguo lago en Marte.

Escrito por:

  • Melissa Rice – Profesora asociada de ciencia planetaria, Western Washington University
  • Briony Horgan, profesora asociada de ciencia planetaria, Universidad de Purdue

Este artículo se publicó por primera vez en The Conversation.

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